Los suelos salinos en el huerto o jardín ecológico
Los suelos salinos son ricos en sales como el cloruro, el sodio, el potasio, el sulfato, etc. Este tipo de suelos no son muy beneficiosos para la mayoría de las plantas de la huerta o jardín porque dificultan la absorción del agua y nutrientes por parte de las plantas. Lo podemos saber porque presentan síntomas como puntas de las hojas quemadas, deformaciones, las plantas están marchitas pese a recibir buenos riegos o incluso se puede producir la muerte de la planta, pues para ésta es realmente difícil poder absorber nutrientes o agua a través de sus raíces.
Es más probable encontrar suelos salinos en zonas secas con climas áridos, porque el agua en estas zonas se evapora más rápidamente y no puede arrastrar las sales como sucede en las zonas donde llueve con regularidad en las que las aguas arrastran las sales con mucha más facilidad. Aunque en ocasiones lo que provoca la salinidad del suelo es el excesivo contenido de sales de la propia agua de riego.
En función de las sales que tenga el suelo éstos pueden ser salinos (pH menor de 8.5), salinos sódicos (con pH de 8.5) o sódicos no salinos (el pH es superior a 8.5). El pH se puede medir por tiras reactivas, midiendo la conductividad eléctrica con un conductímetro (valores por encima de 4 dS/m indican salinidad) y también se pueden obtener varias muestras para que se analicen en el laboratorio y obtener resultados minuciosos.
Hay plantas capaces de desarrollarse en suelos salinos como son el romero, la madreselva, la lavanda, el espliego, los cactus, la remolacha, el melón, la alfalfa, el girasol, el apio, el puerro y árboles como algunos pinos, algunas palmeras, el granado, el laurel, la higuera o el algarrobo.
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¿Cómo se puede corregir el suelo salino?
Labrando a más de 50 cm resulta eficaz en los suelos son salinidad superficial acompañado de riegos que faciliten la solubilización de las sales.
Facilitar el drenaje del agua
Incorporar arena en los suelos salinos arcillosos facilita el desarrollo de las raíces y la absorción de agua y nutrientes.
Para remediar este tipo de suelo se puede aportar calcio o azufre a la tierra para contrarrestar la acción de las sales
Añadir humus, compost, abonos verdes y materia orgánica mejora la calidad del suelo favoreciendo la actividad de los microorganismos y se reduciría la salinidad.
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