El oligopolio alimentario: las empresas que monopolizan lo que consumes cada día
Haz el ejercicio y trata de identificar cuántas de estas marcas utilizas en tu día a día desde que te levantas hasta que te vas a dormir. Actos como lavarte los dientes, afeitarte, ducharte, vestirte, ponerte el desodorante, tomarte los cereales, comer en un restaurante de comida rápida, darle de comer a tu perro o gato, mascar un chicle o tomarte un refresco implican consumir algunos de los productos comercializados por tan sólo unas pocas corporaciones. Nuestra economía se basa en el consumo, y este consumo está definido y condicionado por un puñado de empresas.
Las 10 empresas que controlan (casi) todo lo que consumes diariamente, producen y distribuyen más de 2.150 productos de consumo diario en docenas de países de alrededor del mundo y facturan más de mil millones de dólares diarios por ello. Coca Cola, Pepsico, Kelloggs, Nestlé, Johnson & Johnson, P&G, Mars, Kraft, Unilever y General Mills, son las 10 corporaciones que controlan buena parte del mercado de consumo masivo y que se concentran en esta infografía elaborada por la web Convergence Alimentaire (convergencia alimentaria). Probablemente algunos de los grandes ausentes de esta infografía sean el grupo francés Danone, especializado en lácteos y que comercializa más de 30 marcas de productos lácteos y aguas, y la británica Associated British Foods, que comercializa alrededor de una docena de marcas de productos en un total de 44 países.
Aunque no lo parezca es más que probable que en tu día a día consumas decenas de productos procedentes de las llamadas 10 grandes, casi sin que te des cuenta. Aquí debajo desglosamos el total de marcas y productos que cada uno de estos gigantes vende a cientos de millones de consumidores de todo el mundo.
Unilever: más de 400 marcas.
Coca-Cola: más de 400 marcas.
Pepsico: 22 marcas (aunque distribuye productos asociándose con otras empresas).
Mars: más de 100 marcas.
Johnson & Johnson: más de 75 marcas.
Procter & Gamble: más de 300 marcas.
Kraft: más de 150 marcas.
Nestlé: 31 marcas bajo las que distribuye 146 productos.
Kellogg’s: más de 65 marcas.
Lejos de la idea que uno pueda tener que el mercado de consumo de productos de alimentación uso diario es subministrado por cientos de empresas esta infografía nos demuestra que la realidad no es así. No existe una diversidad real, pues aquellas pequeñas marcas que pretendían ofrecer algo diferente, fueron ya absorbidas por los grandes conglomerados comerciales. Las fusiones, y las compras de empresas pequeñas por parte de grandes conglomerados como los aquí presentados son algunas de las explicaciones del fenómeno, que deja a muchísimas de las marcas de consumo en muy pocas manos, y que según varias organizaciones tienen consecuencias peligrosas por el poder que adquieren esos conglomerados ante el poder político y su creciente capacidad de influencia. De hecho algo parecido sucede también en el mundo de los medios de comunicación, tanto en los Estados Unidos, como en España, cuyo sector es controlado cada vez más por un menor número de corporaciones fruto de las adquisiciones y fusiones.
El mapa que muestra la organización de los pequeños sellos de productos y sus empresas ilustra cómo un gran número de marcas nos da una falsa imagen de libertad en la elección. Adam Smith hablaba de la mano invisible que controla el mercado. En este artículo se puede ver que el dominio lo tienen un pequeño grupo de empresarios y que la independencia que se siente a la hora de elegir una marca de jugo o té y no un refresco, puede pasar a un segundo plano porque se está comprando un producto de la misma empresa.
El poder de las 10 grandes
En todo el mundo se beben más de 4.000 tazas de Nescafé por segundo y se consumen productos de Coca-Cola 1.700 millones de veces al día. Tres empresas controlan el 40 por ciento del mercado mundial de cacao, y en 2010 Nestlé declaró unos ingresos mayores que el PIB de Guatemala o Yemen.
De hecho, las 10 grandes generan en conjunto unos ingresos de más de 1.100 millones de dólares al día y dan trabajo a millones de personas, de manera directa e indirecta, en el cultivo, procesamiento, distribución y venta de sus productos. En la actualidad, estas empresas forman parte de una industria valorada en 7 billones de dólares, mayor incluso que el sector de la energía,y que representa aproximadamente un diez por ciento de la economía mundial.
Las 10 grandes a ojos de Intermon Oxfam
Según una reciente campaña de la organización Intermon Oxfam (IO) las diez grandes empresas que controlan el mercado mundial de la alimentación no están respetando algunos de los derechos básicos de las comunidades agrícolas que les proporcionan tierra, agua, mano de obra y materias primeras para que elaboren sus productos. Como resultado “las 10 grandes” siguen aumentando su éxito comercial, facturando entre ellas 1.100 millones de dólares cada día, pero otros millones, los de pequeños agricultores, son cada vez más pobres. De hecho el 80% de las personas que pasan hambre en el planeta trabajan en la producción de alimentos en el sector agrícola.
La campaña de IO, bajo el nombre Tras la Marca, tiene como objetivo incrementar la transparencia y la rendición de cuentas de 10 de las empresas de alimentación y bebidas más poderosas del mundo (las 10 grandes) que según IO son Associated British Foods (ABF), Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International (antes conocida como Kraft Foods), Nestlé, PepsiCo y Unilever en relación a su cadena de suministro. Los resultados se pueden apreciar en la tabla inferior.
Según indica IO en su informe: “En Pakistán, las comunidades rurales afirman que Nestlé embotella y vende agua subterránea de muchísimo valor cerca de pueblos que no pueden permitirse agua potable. En 2009, Kraft fue acusada de comprar carne de vacuno a proveedores brasileños involucrados en la tala de árboles en la selva amazónica para que pastara el ganado. Y actualmente Coca-Cola se enfrenta a denuncias de trabajo infantil en su cadena de suministro en Filipinas.”
Según IO Tras la marca revela que por lo general, los programas de responsabilidad social y de sostenibilidad que han llevado a cabo las empresas hasta ahora han sido diseñados específicamente para, por ejemplo, reducir el uso del agua o formar a las mujeres agricultoras. Sin embargo, estos programas no abordan las causas principales del hambre y de la pobreza, porque las empresas no tienen políticas adecuadas que guíen las actividades de sus cadenas de suministro.
IO concluye indicando que algunas de las principales deficiencias de las políticas de las empresas son:
• Las empresas no son suficientemente transparentes en relación a sus cadenas de suministro agrícola, lo cual dificulta comprobar la veracidad de sus declaraciones en cuanto a su “sostenibilidad” y la “responsabilidad social”;
• Ninguna de las 10 grandes dispone de políticas adecuadas para proteger a las comunidades locales del acaparamiento de tierras y de agua a lo largo de sus cadenas de suministro;
• Las empresas no toman suficientes medidas para frenar las enormes emisiones de gases de efecto invernadero por parte del sector agrícola; dichas emisiones han provocado cambios en el clima, que ahora están teniendo consecuencias negativas para los agricultores;
• La mayoría de las empresas no ofrece a los pequeños agricultores igualdad de acceso a sus cadenas de suministro, y ninguna de ellas se ha comprometido a garantizar que reciben un precio justo por sus productos;
• Muy pocas de estas empresas han tomado alguna medida para abordar la explotación de las pequeñas agricultoras y de las trabajadoras agrícolas en sus cadenas de suministro. Lluis Torrent, El Confidencial
¿QUÉ ALTERNATIVAS TENEMOS PARA COMER SANO SIN EXPLOTAR A PRODUCTORES NI ESQUILMAR LOS RECURSOS NATURALES?
>> A nivel particular podemos evitar a intermediarios abusivos que pretenden enriquecerse a costa de la explotación del productor pagándole precios irrisorios por sus cosechas, y por otra parte, que el consumidor pague márgenes de hasta un 500%. Ya sabes que si lo compras en un súper lo más seguro es que se den estas dos cuestiones… Por eso es importante comprar lo máximo posible al agricultor ecológico local y en mercados locales.
>> Además podemos comprar a través de un Grupo de Consumo, los cuales son personas que se unen para comprar al por mayor a productores ecológicos y de cercanía para obtener precios beneficiosos para productores y consumidores. Los grupos de consumo pueden tener multitud de objetivos y funciones: los hay que «simplemente» se unen para comprar, otros, sin embargo, tienen una relación muy estrecha con los productores y organizan por adelantado qué predilecciones tienen para que el agricultor siembre una u otra hortaliza, otros organizan encuentros, talleres, conferencias, etc. para dar a conocer formas responsables de consumo y un largo etcétera.
>> El consumo ecológico y local tiene un retorno económico y social altamente positivo. Además de generar lazos basados en el respeto y la ecología entre las personas que lo practican, supone un incremento y mejora de puestos de trabajo basados en prácticas sostenibles y duraderas.
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Tracy ha comentado el 8 de noviembre de 2013
Deberian expander más esta informacion haciendo organizaciones en cada pais si fuera posible y hacer una marcha mundial para que esas marcas desparescan y no manipulen lo que consumimos.
Jorge Romero CalderonJorge Romero Calderón ha comentado el 11 de noviembre de 2013
En mi opinión debemos tomar acciones individuales para sumar esfuerzos, y no, para variar, dejarselo a que lo resuelvan otros.
La pregunta a uno mismo es, Que hago cada día para resolver o mejorar o apoyar a mí a mi familia y a los otros?
Gracias por su trabajo y si puedo ayudar en algo lo haría sin duda. Tengo tiempo para invertiflo en estos asuntos de vida.
Un abrazo a todos desde México