La topografía y su aprovechamiento desde la Permacultura
La topografía o forma de la tierra es una característica (inalterable o alterable) de un lugar, es la fisonomía del paisaje de un sitio. Aunque las pequeñas labores pueden modificar a pequeña escala su naturaleza, realizar grandes modificaciones puede resultar muy costoso e incluso a veces innecesario, por eso en Permacultura vamos a aprovechar la topografía a nuestro favor.
La topografía tiene un efecto en el microclima, los patrones de drenaje del agua, la profundidad del suelo y su calidad, la accesibilidad y el paisaje.
Para entender su influencia en la tierra, las características topográficas básicas que deben ser mapeadas y anotadas son:
- Inclinaciones de cara al sol y en semisombra
- Peñas o áreas rocosas sobresalientes
- Líneas de drenaje (cursos del agua)
- Terrenos quebrados
- Vistas buenas y malas
- Alturas de las colinas y los accesos
- Áreas pantanosas, susceptibles de erosión
En un lugar diverso, con muchas de las características mencionadas antes, será de mayor utilidad, en especial la existencia de laderas.
La permacultura puede desarrollarse en cualquier tipo de terreno sin necesidad de modificar un paisaje estable pues cada paisaje dictará sus propios patrones a seguir para que sea viable a largo plazo.
El clima podría ser el mayor factor básico limitante con el que nos podamos encontrar. Debemos conocer muy bien los diferentes microclimas que se pueden dar en nuestra zona. Incluso en relativamente pequeños terrenos, se pueden dar diferencias en cuanto a las precipitaciones, velocidad del viento, temperatura o humedad. Conocer este tipo de datos puede ser la diferencia entre aprovecharlas y sacarlas partido o tener que realizar más labores y cuidados e invertir más tiempo para, posiblemente, no obtener mucho rendimiento..
Si tenemos claro cuáles son los microclimas de nuestra área, tendremos más facilidad para, por ejemplo, poder ubicar los cultivos en las zonas más favorables o incluso la vivienda, incluir árboles o arbustos que frenen vientos del norte, ampliar los microclimas que nos sean favorables, etc.
Normalmente en las zonas planas encontraremos poca variación de microclimas, mientras que en las zonas con colinas o montañosas veremos que hay mayor variedad de microclimas.
La orientación de las inclinaciones con respecto al sol las tendremos en cuenta, así como el número de horas de sol directo que reciben. Las laderas de cara al sol (de cara al sur en el hemisferio norte y de cara al norte en el hemisferio sur) reciben la mayor cantidad de luz si también están orientadas al este, logrando la máxima temperatura por la mañana; mientras que si están mirando hacia el oeste las temperaturas máximas se producirán por la tarde.
Aprovechar estas características de las inclinaciones nos sería de gran utilidad, por ejemplo, las inclinaciones que están de cara al sol favorecen la maduración de frutas, en la ubicación de la casa para que durante el invierno sea más cálida, y por el contrario las plantas o estructuras que necesiten sombra se ubican en el lado sombrado de las laderas.
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