Té blanco: una infusión selecta de sabor delicado que protege la salud
¿Qué es el té blanco? El té blanco es la versión más pura y natural del té, obtenida de una fase anterior a la del té verde y sin pasar por otros procesos, se trata de una infusión delicada y selecta.
Todos los productos secos a los que se llama té, se obtienen de la especie Camellia sinensis L., y es la bebida más consumidas en el mundo después del agua.
La planta es originaria del sur de China, India, Laos, Birmania, Tailandia y Vietnam, zonas caracterizadas por un clima cálido y húmedo con abundante lluvia, suelos ácidos y bien drenados.
Los tipos de té se distinguen principalmente a partir de la variedad botánica de Camellia sinensis L. y el proceso de elaboración, a partir del cual pueden distinguirse entre:
- Té fermentados (té negro y té rojo)
- Té parcialmente fermentados (té oolong)
- Té no fermentados (té verde y té blanco).
La principal variedad botánica utilizada para el té blanco es Camellia sinensis var. sinensis. Se obtiene de las hojas y brotes jóvenes aún no completamente abiertos de la planta, siendo recolectados sólo una vez al año, y dispuestos para su secado al aire inmediatamente después de la recolección..
Los brotes jóvenes, cuando aún no han llegado a la madurez, se encuentran en el extremo superior de la rama formando una yema terminal recubierta de una pelusilla blanca que irá tomando la forma cilíndrica del brote.
Mientras que para elaborar el té negro las hojas pasan por 5 procesos (marchitamiento, enrollado, cribado, oxidación y desecación), para el té blanco, los brotes son sólo vaporizados y secados.
La delicada y laboriosa actividad de recolección y secado hacen del té blanco un producto selecto. En tiempos remotos, la producción del té blanco era destinada exclusivamente al emperador.
La ausencia de otros procesos deja brotes prácticamente inalterados, donde se distingue la pelusa blanca, y las hojas con su coloración natural blanco plateado..
Por otra parte, debido a que se trata de tés no fermentados, el té verde (en especial el té matcha obtenido del té verde) y el té blanco tienen más propiedades antioxidantes.
La infusión de té blanco es de un color pálido, aroma fresco y suave, que toma unos 7 minutos prepararla y se bebe (a poder ser) puro sin ningún agregado, como azúcar, leche o limón.
.
Composición y principios activos del té blanco
Las hojas de Camellia sinensis L. tienen una cantidad de compuestos bioactivos, principalmente compuestos antioxidantes, que le otorgan propiedades beneficiosas al té.
Esta actividad antioxidante se debe principalmente a polifenoles con propiedades muy interesantes para nuestra salud como la cualidad de neutralizar los daños provocados por los radicales libres del oxigeno.
Los polifenoles exhiben una gran variedad de beneficios en la salud humana, con su extraordinaria actividad antioxidante, contribuyen a reducir el riesgo de padecer enfermedades de tipo degenerativo como cáncer, Alzheimer y enfermedades cardiovasculares.
En la composición del té blanco los principales fenoles son los flavonoides, que pueden superar el 30% de su peso en seco. El más abundante y activo en el té blanco es la gelato de epigalocatequina y otros derivados de la catequina.
Los flavonoides son un grupo extenso de compuestos fenólicos que son los responsables de los beneficios atribuidos al té, ya que pueden controlar múltiples rutas regulatorias del organismo involucradas en la división celular, la coagulación, la inflamación y la respuesta inmune.
Todos los té contienen cafeína en diferentes concentraciones según el proceso de elaboración, siendo el té blanco el que menos tiene.
A diferencia del café, la participación de los polifenoles en el té ralentizan el ritmo de absorción de la cafeína, por lo cual sus efectos demoran más en notarse pero son más duraderos.
.
Beneficios del té blanco
Tiene múltiples aplicaciones en productos farmacéuticos y cosméticos debido a su actividad antioxidante y antimicrobiana, siendo además muy utilizado en:
- Prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, gracias a su actividad como protector celular ante el daño oxidativo.
- Prevención y constricción de los efectos del cáncer, enfermedades cardiovasculares y artritis, gracias a la acción de los compuestos químicos con actividad antioxidante sobre la iniciación, promoción y progresión de un proceso anormal y no controlado de proliferación celular que puede determinar el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
- Protección frente a los daños causados por la radiación ultravioleta en la piel, como quemaduras solares.
- Mejora la movilidad del esperma, siendo utilizado en tratamientos de reproducción asistida ante problemas de fertilidad masculina.
- Aumento de la concentración y la memoria, combatiendo la fatiga física y mental.
- Prevención de la obesidad, contribuyendo a disminuir la masa del tejido adiposo y el aumento del gasto energético, por lo que se recomienda para dietas de adelgazamiento.
- Mejora de la remineralización ósea y menor riesgo de fracturas, especialmente en mujeres, gracias al efecto estrogénico derivado de su contenido de fitoestrógenos, y la fuerte afinidad de los polifenoles con los metales.
- Protección de la salud bucal y prevención contra la caries, gracias al alto contenido de flúor.
.
Posibles contraindicaciones
Aunque se trata de un producto natural con muy poco procesamiento y no tiene contraindicaciones específicas, se recomienda tomar algunas precauciones en casos específicos.
Por un lado, se requiere especial atención con respecto a los alcaloides presentes en el té blanco, como la cafeína, aún cuando el té blanco contiene incluso menos que el verde, lo que la hace una infusión no recomendada para menores de edad, mujeres embarazadas y personas hipertensas.
Debido a la presencia de taninos, no es recomendable en personas con dolencias relacionadas a úlceras, acidez estomacal o estreñimiento, así como evitar consumirlo con el estómago vacío o antes de comer.
No se recomienda consumir el té blanco junto con la comida, debido a que podría alterar la absorción de hierro, sobre todo el de fuentes vegetales.
Puede interferir con los efectos anticoagulantes de algunos medicamentos, con la sibutramina, y puede resultar específicamente alérgeno, especialmente si el producto comercializado contiene aditivos.
Fuentes:
- “Actividad antioxidante del té blanco y de los residuos de limón: optimización de la extracción y aplicaciones en carne y en envases activos”, Sara Peiró Sánchez. Facultat de farmacia, Universidad de Barcelona. 2015
- “Caracterización de la composición fenólica y capacidad antioxidante del té (Camellia sinensis) en productos de diferentes marcas comercializadas en Chile”, Francisco José de Feria Cardet. Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile. 2011
- “Té”, Ángela Lorena Ortiz Hurtatis. Tecnología en Alimentos, Universidad del Valle. 2007
- “El consumo de té y la salud: Características y propiedades benéficas de esta bebida milenaria”, Alfonso Valenzuela B. Instituto de Nutrición y Tecnología de alimentos, Universidad de Chile. 2004
.
Publicar un comentario