Riego: exceso y falta de agua, requerimiento de agua de las plantas, clima seco y húmedo y 7 formas de regar
Riego por goteo, riego automático, riego por aspersión, riego por surcos, por inundación… existen multitud de tipos de riego. La definición de riego se puede describir como la acción de regar, aportar agua al suelo de cultivo de las plantas hortícolas (agricultura) o a las plantas ornamentales (jardinería) para cubrir sus exigencias hídricas y favorecer su desarrollo óptimo.
Si tu objetivo es aplicar técnicas de agricultura ecológica y de agroecología, es importante que conozcamos cómo debemos realizar el riego en nuestro huerto de forma correcta porque del buen manejo del agua dependerá el éxito a la hora de cultivar nuestras hortalizas, el crecimiento de las verduras y la productividad que consigamos.
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Cuando hablamos de riego nos referimos a la actividad inducida y generada por la mano humana con el objetivo de humedecer el suelo en el que crecen nuestros cultivos para conseguir un mejor rendimiento en caso de falta de lluvias. Por eso, el riego es muy importante en verano, ya que, suele ser el momento más seco del año, con menos precipitaciones y temperaturas elevadas que reducen la humedad del suelo. Igualmente es importante hacer un uso eficiente del agua.
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¿Qué ocurre si hay exceso o falta de agua de riego?
- Si existe un exceso de agua en la tierra de manera continuada puede producirse una lixivación, es decir, un aumento del PH de la tierra, una mayor acidez que daña de forma directa nuestras plantas.
Se pueden pudrir las raíces por asfixia radicular, es decir, que el exceso de agua no deja espacio en el suelo para el oxígeno y ahogue las raíces, ya que, éstas también necesitan respirar. Cuando esto sucede suele producirse a la vez el pudrimiento de las raíces por la generación de humedad excesiva.
Además, puede eliminar o reducir nutrientes del suelo, con lo que nuestras plantas crecerán pobres de hojas y frutos, sin vitalidad o, incluso, pueden llegar a morir.
Finalmente, otro aspecto común, es la aparición de hongos como el oídio, la roya o el mildiu generados por la misma humedad. Una forma de detectar este problema de exceso de agua, es la dificultad de crecer de la planta, el amarillamiento de las hojas o la falta de fuerza en éstas.
- Por defecto de agua las plantas también sufren graves problemas hasta llegar a morirse, ya que no están correctamente nutridas y les falta alimento básico para poder desarrollarse. Sin agua no pueden realizar la fotosíntesis y por lo tanto no generan frutos porque no tienen capacidad de llevar a cabo esta labor. Lo notaremos porque las hojas empiezan a quedarse sin fuerza y a caer, y hasta puede inclinarse el tallo hacia el suelo.
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Requerimientos de agua de riego de las plantas
La necesidad de utilizar agua para el riego es indiscutible, pero a la hora de realizarlo debemos tener en cuenta la importancia de hacer un buen uso de ésta al ser un bien natural que cada vez resulta más escaso, que depende de las precipitaciones de la temporada y que es imprescindible para cualquier forma de vida, con lo que nuestra obligación es utilizarla con responsabilidad.
Es por eso que se pueden realizar algún tipo de tareas o tener en cuenta ciertos aspectos para mejorar la situación, por ejemplo, almacenar agua de lluvia y usarla para el riego, regar de forma responsable teniendo en cuenta las necesidades de cada planta y producir hortalizas acordes a nuestro ecosistema y climatología concretos para no tener que realizar un riego excesivo.
- Hay plantas y hortalizas que necesitan de una cantidad elevada de agua mientras hay otras que con poca pueden crecer de forma exitosa. Algunas plantas que necesitan abundante agua son:
Las coles, coliflores, lechugas, acelgas y plantas de hojas grandes en general.
- Las plantas hortícolas de fruta carnosa como:
Berenjenas, melones, sandías, tomates, pepinos, calabacines, calabazas, patatas, batatas, remolachas, etc., requieren un riego menos abundante que las anteriores pero realizado de forma regular y evitando el estrés hídrico.
- Por otro lado, tenemos hortalizas que precisan de poco agua riego:
Ajos, cebollas, apio, puerro, rábano, zanahorias, la mayoría de las plantas aromáticas.
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Riego en clima seco y húmedo
Según la cantidad media de precipitaciones que se produzca en la zona en la que cultivas tu huerto o jardín podremos hablar de:
- Cultivo en climas secos si hay una cantidad de precipitaciones de aproximadamente 800m.
- Climas húmedos cuando se alcanzan cotas de aproximadamente 1000mm anuales.
Según estas características conviene realizar un cultivo u otro para adaptar de forma más sencilla el cultivo a la climatología concreta, de esta forma, se ahorrará agua en el riego y por lo tanto, será más ecológico y beneficioso para el medioambiente.
Si estás en un clima seco las mejores opciones para adaptarte al suelo es utilizar las hortalizas que hemos citado anteriormente que precisan de menos agua. En el caso de plantar otras plantas que necesiten un riego externo a continuación te presentaremos las distintas formas de realizarlo y deberás escoger la que más se adapte a las necesidades de tu cosecha.
Por otro lado, en un clima húmedo siempre será mejor utilizar las hortalizas que precisan más agua, ya que las que necesita poca pueden sufrir ahogamiento, hongos o no desarrollarse.
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¿Qué tipos de riego hay? Las 7 formas de regar más usadas
Hay muchos métodos de riego que se pueden poner en práctica, y dependiendo de la extensión que tenga tu huerto o jardín pueden ser más o menos prácticos:
Desde un simple riego con regadera, lo que nos permite ser precisos y centrar el riego en un punto concreto.
El riego con manguera de forma dispersa para humedecer el suelo y el aire, o bien en zonas concretas para realizar un riego profundo e intenso.
Riego gota a gota o riego por goteo a través de mangueras o tuberías a todo el suelo,
El riego por gravedad consiste en pasar a través de pequeños canales, regaderas o surcos el agua y que se vaya distribuyendo de forma constante pero lenta al suelo.
El riego por aspersión, que se puede hacer con mangueras o con aspersores preparados proporciona humedad a las capas más externas del suelo, pero también al aire, provocando cierta humedad ambiental.
Riego por surcos, el agua fluye mediante unos canales que se crean en la propia tierra. Se necesita bastante agua y mucha de ella se pierde por evaporación.
El riego por inundación, es también un tipo de riego en el que se necesita gran cantidad de agua. El también conocido como riego a manta, puede tener efectos dañinos sobre la estructura y calidad del suelo y tiende a erosionarlo.
Hay tipos de riego que son más sostenibles o sustentables para el medioambiente. El riego por goteo o por exudación es con el que utilizamos el agua de la manera más eficiente, procura optar por esta opción siempre que te sea posible. Lo puedes usar incluso para huertos en macetas o tiestos.
Deberás aplicar un tipo u otro de riego según la necesidad de tus plantas, teniendo en cuenta todo lo que hemos ido indicando a lo largo de este artículo para mejorar tu huerto y cosechas, y el impacto ambiental de una u otra forma de riego. Además, ten en cuenta que puedes utilizar más de un tipo de riego simultáneamente, aplicándolo a zonas concretas para no desperdiciar el agua y usarlo de una forma productiva.
Gracias por leernos, esperamos que este artículo sobre el riego te haya sido útil.
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