Para qué, cómo y cuándo podar los árboles frutales

La poda de frutales: más fácil de lo que crees

Llega un momento en el que todo hortelano, aficionado o profesional, debe podar los frutales.

Es arriesgado y debe hacerse con conocimiento, pero es necesario si queremos que la huerta sea productiva y que el árbol se desarrolle fuerte y equilibrado.

En este artículo te contamos los principios básicos de la poda de frutales. Ya se trate de podar un limonero o un olivo, los fundamentos son los mismos. ¿Se acerca el invierno? Vete informando sobre la poda.
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¿Para qué hay que podar los árboles frutales?

Los  árboles crecen «a su manera», siguiendo el patrón impuesto por su biología y las condiciones del medio. Ese es su desarrollo natural, pero cuando pretendemos conseguir resultados concretos lo adecuado es intervenir.

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En el caso de los frutales, lo que se pretende es maximizar la cosecha de fruta. Con este objetivo, la poda se realiza para:

• Potenciar el aprovechamiento de la savia

La savia disponible se reparte entre las diversas ramas del árbol. Por lo tanto, conviene eliminar aquellas que compitan con los brotes de fruta.

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• Sanear y cuidar la salud del árbol

Las ramas secas, rotas o enfermas dañan a la planta y reducen su rendimiento, además de estorbar en la cosecha.

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• Aprovechar la luz del sol

Las ramas superiores pueden obstaculizar el paso de la luz, de manera que las hojas de las ramas productivas reciben menos cantidad.

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• Facilitar la cosecha

Si modificamos la forma del árbol, podemos tener una estructura de ramas abierta, de menor altura, desplegadas a lo ancho y ofreciendo los frutos hacia afuera. Todo eso facilita la cosecha.

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En definitiva, todo gira en torno a reducir la cantidad de ramas improductivas, de madera o de hojas, para aumentar todo lo posible la formación de fruta sin poner en riesgo el vigor y la resistencia del árbol.

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Los tipos de poda de frutales

Dado que hay diferentes motivos para podar, es lógico pensar que hay diferentes tipos de poda. No es lo mismo podar el olivo para alterar su estructura que por salud.

Te mostramos los diferentes tipos de poda de frutales.

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Poda de formación

Busca crear una estructura fuerte y equilibrada (es decir, que no cargue más por un lado que por otro), con copa baja, ramas abiertas y aireadas y con buen paso de la luz.

Se realiza anualmente sobre la planta joven hasta que adquiere la forma que deseamos. Conseguida esta, ya solo tenemos que hacer podas de fructificación y de limpieza.

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Poda de fructificación

Con esta poda anual pretendemos equilibrar adecuadamente la relación entre la producción de fruta y el crecimiento de madera nueva.

El desarrollo de madera nueva ocurre en detrimento de la formación de yemas de flor. Y un exceso de estas impide que se forme suficiente madera como para sostener bien el árbol y todo su peso.

Por lo tanto, intentamos mantener este importante equilibrio madera/fruta eliminando según convenga los vástagos improductivos de crecimiento de madera y las yemas de fruto. Debe hacerse con miras al año siguiente.

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Poda de limpieza

Cada año hay que ir quitando las ramas dañadas, enfermas y secas que estorban o que pueden perjudicar al árbol. Esta poda de mantenimiento es fundamental para mantener a la planta bien sana y vigorosa.

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Poda de renovación, rejuvenecimiento o regeneración

Cuando el árbol envejece pierde capacidad de fructificación. La producción disminuye, por lo que es necesario «despertarlo», darle nuevo brío.

La poda de regeneración es delicada porque se cortan grandes ramas de madera vieja, cercanas al tronco, para estimular el desarrollo de madera nueva con nuevos brotes de fructificación.

La recuperación es lenta y la productividad todavía tardará un poco en ser visible, pero es una buena manera de darle una nueva juventud al árbol.

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¿Cuándo podar los frutales?

Como hemos visto, las labores de poda abarcan toda la vida del frutal, empezando desde el primer año. Dado que es mejor prevenir que curar y que podar es una acción potencialmente dañina que no tiene vuelta atrás, lo ideal es trabajar guiando a las plantas desde el primer brote.

Ahora bien, todas estas podas, ¿cuándo se hacen? ¿Cuándo es la época de podar frutales?

Los árboles no crecen de forma ininterrumpida. A lo largo del año pasan por una fase de germinación, crecimiento y desarrollo de flores y frutos, el periodo vegetativo, y otra fase de reposo. Como la poda es una forma de agresión, lo que nos interesa es que esa herida se cierre lo antes posible para evitar enfermedades.

Por lo tanto, como norma general, considera que debes podar las ramas vivas a finales de la fase de reposo, en invierno. En ese momento, la planta inicia la fase de crecimiento primaveral, lo que ayuda a cerrar la herida muy rápidamente.

Esa es la norma general. Ahora bien, cada especie de frutal tiene su momento idóneo y debes atenderlo para ser más efectivos y ahorrarle daños al árbol.

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¿Cómo podar frutales?

Hay que evitar desgarros, astillado y roturas para reducir las enfermedades.

La poda debe realizarse con una herramienta que permita un corte limpio, como tijeras de podar, tijeras de dos manos, serrucho, sierra de arco… Procura hacer el corte oblicuo y, si la rama es gruesa, puedes aplicar algún sellador cicatrizante.

En principio, se deben podar las ramas centrales y los chupones, las ramas que atraviesan el árbol de lado a lado y aquellas que compitan con otras por posición o dirección.

En cambio, se respetan las laterales y horizontales. Así descargamos la zona central y fomentamos el desarrollo de las ramas que puedan darnos frutas en la zona externa.

Busca las yemas de flor (redondeadas, más gruesas y algo separadas del tallo) que deseas reforzar y poda el resto de la rama unos pocos centímetros por encima de ella.

Si te fijas en la dirección hacia la que miran las yemas, podrás podar con previsión para el año siguiente y evitar que surjan tallos nuevos en direcciones que no te interesen.

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¿La temida poda de frutales?

Podar los frutales puede dar respeto al principio y con razón, pues se pone en riesgo la producción del árbol y su salud. Pero es una actividad necesaria, tanto por la limpieza y vigor de la propia planta como por la cosecha.

Aprende, no te lances sin pensar y respeta al árbol. Muy pronto aprenderás y verás resultados notables.