Mujeres rurales: fundamentales para la recuperación económica del entorno rural y la despoblación

El mundo rural ocupa en la actualidad aproximadamente el 80 % del territorio y acoge al 20 % de la población mundial. Si bien en las últimas décadas viene produciéndose una despoblación que unida al envejecimiento constituye una realidad preocupante, ligada al éxodo de los jóvenes, a altas tasas de mortalidad y bajas tasas de natalidad.

El desempeño de la mujer rural se torna fundamental para evitar el abandono de pueblos y zonas rurales, centrando el foco en la mujer rural joven, que ha pasado de interpretar papeles complementarios a los del hombre a representar roles principales como agricultoras, ganaderas y empresarias o recuperando oficios tradicionales que de otro modo caerían en el olvido. Las mujeres propician así la recuperación económica y la puesta en valor del patrimonio cultural y natural de nuestras áreas rurales.

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La importancia de las mujeres en el entorno rural

La mujer ha desempeñado tradicionalmente diferentes funciones esenciales en el entorno rural, entre otras:

• Función social. Atención familiar y mantenimiento de la unidad familiar.
• Función cultural. Conservación y transmisión del patrimonio y la cultura del entorno, destacando el patrimonio gastronómico.
• Función medioambiental. Sostenimiento del paisaje y preservación de los recursos naturales.

Las mujeres realizaban además una labor de apoyo en los trabajos agrícolas y ganaderos, los dos sectores en los que se centraba el trabajo rural. No obstante, en los últimos años se ha producido una diversificación del empleo, apareciendo nuevas actividades en las que la mujer tiene grandes oportunidades de desarrollo personal y profesional:

• Calidad alimentaria. Destaca la agricultura ecológica, que recordemos es un sistema agrícola basado en la utilización óptima de los recursos naturales, sin empleo de sustancias de síntesis química u organismos genéticamente modificados (OGM), obteniéndose alimentos orgánicos al mismo tiempo que se conserva la fertilidad del suelo y se respeta el medio ambiente.
• Turismo rural. Casas, apartamentos, hoteles, albergues o restaurantes rurales como alternativa sostenible al turismo de playa.
• Recuperación de oficios tradicionales. Ejemplos de ello son la confección o la orfebrería.
• Transformación artesanal de productos. Especialmente productos agroalimentarios.
• Pequeñas y medianas industrias agroalimentarias. Como las relacionadas con la gastronomía propia del entorno.

Todas estas actividades suponen un aumento de la afluencia de visitantes, lo que genera riqueza y apremia al lugar a conservar y valorar su patrimonio cultural y natural. A su vez, el incremento del turismo impulsa la puesta en marcha de nuevas actividades de ocio —visitas culturales guiadas, centros de interpretación y educación ambiental, aulas de naturaleza o granjas escuela—.

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Limitaciones de la mujer en el entorno rural

Pese a las nuevas oportunidades laborales, la mujer rural continúa enfrentándose a muchas dificultades; limitaciones que propician que se vea obligada a abandonar las áreas rurales en busca de nuevas oportunidades en entornos urbanos, lo que se traduce en un severo problema de despoblación y envejecimiento del entorno rural.

Entre las principales limitaciones de las mujeres podemos destacar:

• Escasez o falta de servicios, tales como centros culturales y centros de formación, escuelas infantiles, asistencia sanitaria y otros servicios asistenciales.
• Carencia de transporte público y de vías de comunicación, que conllevan el aislamiento característico de estas áreas.
• Reducido acceso a nuevas tecnologías de la comunicación, que contribuyan al desarrollo de la zona, permitiendo un adecuado acceso a la información y una oportunidad de formación.

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Iniciativas y políticas de mejora e igualdad

En aras de encontrar soluciones y de fomentar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el entorno rural, en los últimos años se han llevado a cabo diversas iniciativas, como la proclamación por las Naciones Unidas del Día Internacional de las Mujeres Rurales, que se celebra cada 15 de octubre. En 2003, el papel de la mujer rural, sus derechos y su desarrollo profesional, se convirtió en el elemento central de la Agenda de Desarrollo Rural Europea, en la que se exigió el establecimiento de medidas urgentes que favoreciesen la igualdad de oportunidades.

Asimismo, los diferentes organismos públicos establecen convocatorias de subvenciones para la promoción y mejora de las mujeres en el entorno rural u organizan premios a proyectos innovadores puestos en marcha por ellas. Por último, también las organizaciones de mujeres rurales presentes en los distintos países realizan importantes labores de concienciación social y movilización, promoviendo la incorporación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad rural y trabajando para eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres en la toma de decisiones.

La mujer rural ha participado en la vida económica de su entorno, percibiendo los inconvenientes del trabajo pero muy pocas de sus ventajas. Nos encontramos en plena transformación hacia una situación más justa, principalmente liderada por las mujeres rurales y en un segundo plano por medio de políticas de igualdad de oportunidades que la equiparen al hombre, así como de mejora del propio medio para facilitar su desarrollo personal y profesional.

Todo ello redundará en un mundo rural más joven y formado, con más y mejor futuro, que a su vez contribuirá a la conservación del patrimonio cultural, gastronómico y ambiental.

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