¿Qué puedo cultivar en una mesa de cultivo en mi huerto urbano?

Ya estamos preparados para montar nuestro huerto urbano ecológico: hemos leído los libros más importantes sobre huerto, tenemos las semillas, las herramientas necesarias, el sustrato, ¡hasta tenemos lista la compostera para hacer compost orgánico! Solo nos faltan los recipientes en los que cultivar: jardineras, estructuras para jardín vertical, las cajas de cultivo y cómo no, las reinas del huerto urbano: las mesas de cultivo.

¿Quieres sembrar tus propias plantas aromáticas y medicinales, hortalizas y bayas? Solo tienes que seguir leyendo para conocer cómo sacar provecho a un pequeño espacio en casa y disfrutar de la horticultura orgánica.

El cultivo en espacios urbanos puede plantear algunos desafíos pero, así como tienes flores en el balcón, la terraza o un patio pequeño, también es posible tener un huerto urbano donde cultivar plantas aromáticas comestibles y cosechar hortalizas durante todo el año.

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Si aún no te convence el tamaño o el estilo de las macetas o quieres que tu pequeño espacio al aire libre continúe siendo funcional a diferentes actividades, siempre puedes optar por una mesa de cultivo.

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Se trata simplemente de una herramienta muy práctica que te permite contar con una extensión de “tierra” a una altura que, además, resulta cómoda para los trabajos hortícolas para personas de todas las edades, especialmente si hay una reducción en la movilidad.

Las mesas de cultivo pueden incluso aportar movilidad al huerto dependiendo de la época del año o los otros usos que se le de en casa al pequeño jardín, mucho más fácil incorporándoles ruedas.

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El control de plagas, así como el de la humedad y calidad del sustrato, resulta mucho más sencillo que en el suelo y hasta es posible incorporarle un mini-sistema de riego por goteo.

Puedes adquirir mesas de cultivo en diferentes tamaños y con diversos accesorios, incluso es posible regular su altura, pero también puedes construirla reutilizando materiales que tienes en casa o que puedas conseguir con facilidad. Entre las más conocidas, por ejemplo, están las diseñadas con pallets en desuso, aunque va siendo cada día más difícil conseguirlos en buenas condiciones y sin coste.

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Cultivar en tu mesa de cultivo paso a paso

Preparar la mesa de cultivo

Para comenzar a utilizar una mesa de cultivo es importante considerar que, a diferencia de una maceta o cualquier otro recipiente, en general las mesas habrán de ser recubiertas con un plástico y realizar en él algunos drenajes.

El plástico negro es el recomendable, debido a que puede absorber la luz impidiendo el desarrollo de hongos en el sustrato.

Una vez colocado y bien extendido recubriendo todo el fondo y los laterales, se grampa o fija con tachuelas a los bordes y se recomienda realizar un único agujero para colocar una manguera de drenaje.

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El sustrato

En las mesas de cultivo, así como en general en terrazas y balcones, no se utiliza tierra, ya que su peso resulta excesivo. Se utilizan, en cambio, diferentes tipos de sustrato, por lo general en mezclas que vienen preparadas o que podemos mezclar por nuestra cuenta.

Entre los más utilizados se encuentra la mezcla de fibra de coco y de humus de lombriz: mientras que la fibra de coco aporta aireación a las raíces, el humus de lombriz es rico en nutrientes orgánicos que resultan indispensables para una buena cosecha.

Asegúrate de que el sustrato es 100% orgánico. Los nutrientes se irán agotando después de unos meses de cultivo, momento en el que se comienza a incorporar compost unas 2 veces al año.

El compost ofrece muchas ventajas almacenando agua y nutrientes que ofrecen todo el alimento que las plantas requieren, aún en la escasa profundidad de la mesa de cultivo.

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Organización de la siembra

Puedes guiarte con el calendario de siembra común o por el calendario lunar.

Lo siguiente: usar semillas de calidad, las semillas ecológicas te aseguran el mejor comienzo posible en tu huerto urbano.

Antes de plantear cuáles son las especies que necesitarán almácigo y trasplante, y las que no lo necesitan por ser plantas de siembra directa, es indispensable considerar  la duración del ciclo para tener una buena planificación de las cosechas.

La duración del ciclo vital de las plantas aromáticas y las hortalizas es el tiempo desde que se siembra hasta que se puede hacer una recolección.

El primer factor a considerar es la variedad, pues hay variedades de la misma especie que tienen diferentes ciclos. Para un espacio reducido como el de una mesa de cultivo, resultan mejor las de ciclo corto. Algunos ejemplos de hortalizas de crecimiento rápido son: espinacas, rabanitos, lechugas, remolacha, rúcula, etc.

Otro factor son las condiciones climáticas, puesto que las plantas madurarán más rápido cuanta más temperatura y humedad haya en el ambiente. Al tener poca profundidad, en las mesas de cultivo la temperatura varía más rápidamente que en el suelo.

Un tercer  factor clave es la sucesión de cosechas, intercalando plantas que alcancen la maduración de manera escalonada para que, al alcanzar su máximo desarrollo no se molesten entre sí y permitan aprovechar al máximo la superficie.

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Asociación de cultivos

Cada centímetro es importante en un huerto urbano, y cada planta es importante en la salud del policultivo.

Existen, sin embargo, algunas reglas básicas en la compatibilidad de las plantas para asegurar la producción en una mesa de cultivo. Algunas compiten entre sí por los nutrientes a través de las raíces, mientras que otras compiten por la sombra o la luz.

¿Cómo asociar las plantas correctamente? Te lo cuento en detalle en mi último artículo sobre las asociaciones de cultivos y además te dejo el link a la tabla de asociaciones.

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Beneficios de cultivar plantas aromáticas

La asociación de hortalizas con plantas aromáticas resulta muy beneficiosa. En primer lugar, porque se desarrollan muy bien y con pocas exigencias en recipientes pequeños. Aquí te doy algunos ejemplos.

Atraen insectos beneficiosos del huerto, como los polinizadores, y contribuyen a repeler plagas que pueden causar enfermedades.

Lee 28 plantas aromáticas y medicinales que puedes cultivar en casa

Además de aumentar la diversidad de huerto, pueden resultar muy útiles en la cocina, como condimento, en preparaciones para aliñar ensaladas, o simplemente aportando un aroma refrescante al ambiente.

Entre las más sencillas de mantener y de mayor utilidad, tanto en la cocina como en el propio huerto, algunas opciones son: albahaca, cebollino, chalota, cilantro, eneldo, hierbabuena, melisa, menta, orégano, salvia, perejil y tomillo.

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Sistema de riego

Las condiciones básicas para planificar un huerto en casa son luz directa suficiente y agua en un lugar cercano.

El riego será una de las actividades que más tiempo demandará en el mantenimiento del huerto, ya que se trata de un tipo delicado de siembra en comparación con las plantaciones en suelo.

Si bien pueden realizarse riegos en forma manual, únicamente con regadera y muy lentamente para evitar que se formen grietas en el sustrato, también existen sistemas de riego por goteo para la escala de mesa de cultivo que pueden adquirirse como accesorio.

El sistema de riego por goteo habrá de instalarse después de colocar el sustrato y haber dado un primer riego con regadera para que se asiente de manera uniforme; pero, hay que colocarlo antes de realizar cualquier siembra o trasplante.

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Siembra directa y semilleros

Como se mencionó antes, algunas semillas habrán de sembrarse directamente en la mesa de cultivo, mientras que otras conviene primero sembrarlas en semilleros para luego trasplantarlas.

Los semilleros o almácigos sirven para facilitar la germinación de las semillas más pequeñas, que requieren algo más de humedad y temperatura, y al mismo tiempo, de una selección para potenciar el desarrollo de un plantón que luego será trasplantado.

Como referencia:

• De siembra directa: fresa, rabanito, zanahoria, espinacas, perejil y cebollinos.
• De semillero: nabos, remolacha, tomate, pimientos, berenjena, orégano, albahaca y lechuga.

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Cosechar y reponer

Como se comentó antes, para que el huerto urbano resulte sostenible, es importante considerar al momento de la siembra, tanto la duración del ciclo como la posibilidad de reponer o rotar a medida que se cosecha.

Los rabanitos pueden estar listos para consumirse en unas 3 o 4 semanas, mientras que las lechugas llevan unos 2 meses, las zanahorias se cosechan a partir de los 3 o 4 meses y las berenjenas, pimientos y tomates no estarán maduros antes de los 6 meses.

Lechugas, rabanitos y zanahorias pueden reponerse inmediatamente después de ir cosechando, pero, a fin de mantener una cosecha que sea posible consumir, conviene escalonar las siembras de las que son más rápidas.

Con una buena planificación, aún en una pequeña mesa de cultivo, puedes asegurar deliciosas ensaladas de lechuga, rabanitos, zanahoria y tomate, condimentadas con cebollino, perejil, albahaca o eneldo para todo el verano, directo a la mesa desde los pocos metros de tu terraza.

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