¿Cómo hacer injertos para aumentar la productividad del huerto?
Hacer injertos de plantas es una de las maneras más eficaces de aumentar la productividad de los árboles y arbustos.
Injertando conseguirás más frutos en la huerta sin necesidad de plantar nuevas semillas. Tan solo necesitas observar a las plantas que ya tienes para ver cuáles te interesa aprovechar y de qué manera.
¿Difícil? Nada de eso. Injertar requiere un poco de habilidad, pero es una actividad muy habitual y común al alcance de cualquier agricultor y aficionado a la jardinería. Con prestar atención y practicar un poco verás resultados muy rápido.
A continuación te enseñamos los fundamentos de esta técnica. ¿En qué consiste y cómo se hace?
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¿Qué es un injerto?
Mediante esta técnica se une una porción de una planta, la llamada variedad o injerto en sí, en el cuerpo de otra, el patrón o pie.
Se suele realizar en plantas de tipo leñoso, como árboles y arbustos, frecuentemente frutales. Pero ¿qué necesidad hay? ¿Por qué tomarnos esta molestia?
Generalmente, la injertación se practica para aprovechar las virtudes de ambas plantas y mejorar o potenciar la productividad.
Se tiene en cuenta alguna de estas circunstancias:
Por conservar las características de la planta
Si una planta nos interesa mucho por sus características es normal querer replicarla.
Con el injerto podemos tomar una parte de esa planta y multiplicarla sin necesidad de semillas. Así podemos clonar la planta que nos gusta y beneficiarnos de sus características por duplicado.
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Por aprovechar las raíces maduras
Si la planta patrón es más madura, tendrá un sistema radicular mejor desarrollado que una planta joven e impulsará más savia.
Si le unimos un injerto joven, este se beneficiará de esos nutrientes y será productivo mucho antes.
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Por la adaptabilidad del patrón
Es común que se elijan patrones de especies mejor adaptadas a las características del suelo, el agua disponible y las enfermedades locales que las plantas que se van a injertar. ¿Por qué no aprovechar su resistencia?
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Por acortar el tiempo de maduración
Los frutales pueden tardar años en dar fruto. Si injertamos una rama de un árbol maduro productivo en un patrón joven, tendremos un árbol completo que puede dar fruta en el siguiente año.
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Para poder polinizar
Las plantas que se reproducen por polinización cruzada necesitan de una planta masculina y otra femenina. ¿Qué ocurre si en nuestra huerta solo tenemos una planta solitaria?
Muy fácil: te buscas un injerto del otro sexo y lo insertas en tu árbol. Y ta tienes una planta con ramas masculinas y femeninas para poder autofecundarse y dar fruto.
Con todos estos motivos, es normal que injertar sea una práctica común en agricultura. ¿Cómo se hace?
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¿Cómo hacer injertos en la huerta o jardín?
Salvo casos excepcionales, solo se pueden injertar plantas del mismo género (como dos tipos distintos de manzanos) o, en ocasiones, de la misma familia (como manzano y peral, tomatera y planta de la patata, limonero y naranjo...).
El motivo es que el éxito del injerto radica en poner en contacto el llamado cámbium, una capa situada debajo de la corteza. Esa estructura interna cambia de una especie a otra, por lo que es necesario buscar las más parecidas.
Es la manera de asegurar que las partes se fusionen, la corteza se cierre y la savia recorra el tejido interno sin interrupciones para alimentar al injerto.
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Los tipos de injerto
Existen tres tipos de injerto: de púa, de yema y de aproximación. Te contamos en qué consiste cada uno y te damos algunas técnicas:
Injertos de púa
En estos se inserta una púa con varias yemas sobre un patrón. Puedes probar estas técnicas:
Injerto de púa en hendidura
Una opción sencilla que requiere que el patrón y la variedad tengan el mismo diámetro (hasta 2-3 cm).
En invierno (si son árboles de hoja caduca) o primavera (si son perennes), corta el patrón en el punto deseado haciendo una sección transversal recta y limpia. A continuación, haz un tajo vertical de unos 5-6 cm a lo largo del patrón, por el centro.
Corta el extremo de la púa con doble bisel. Insértala en el patrón y ajústala de manera que las cortezas de ambas partes estén en contacto. Ahora, ata con firmeza con cinta para evitar que se suelten.
La unión soldará en unas semanas y las yemas de la púa brotarán. Cuando tengan unos 5-10 cm, retira la cinta.
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Injerto de púa en corona
Es fácil de hacer y suele funcionar muy bien tanto para árboles y arbustos de hoja caduca como para los perennes.
Si vas a injertar una variedad caduca, debes prepararla el invierno anterior. Corta una púa de unos 10 cm y consérvala en frío y con humedad hasta la operación. Si se trata de una variedad perenne, hazlo en primavera.
Es en esa estación cuando debes injertar. Empieza cortando verticalmente unos 5 cm de corteza del patrón.
A continuación, corta un lado de la púa en bisel e insértala en la hendidura de la corteza, asegurándote de que los cámbium coinciden.
Ata el injerto y enmasíllalo para protegerlo. En unas dos o tres semanas debería haberse formado el callo y puedes retirar el atado.
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Injertos de yema
En este caso, en vez de una porción de una rama con varias yemas, lo que se injerta es la yema directamente en la corteza del patrón. Puedes practicarlo con, entre otras, estas dos técnicas:
Injerto de yema en escudete o en T
Es una de las técnicas más comunes, sobre todo en el caso de los frutales. Si estás empezando a practicar tus primeros injertos, esta te resultará tan útil como sencilla.
Utiliza una navaja afilada y limpia para hacer en la corteza del patrón un corte transversal y otro vertical, como la letra T. Separa ligeramente la corteza de manera que formes un par de solapas.
Por otro lado, extrae la yema de la variedad dejando 1 cm por encima y otro por debajo de su corteza.
Inserta este escudete en el espacio del patrón, venda con firmeza para asegurar el contacto y el cierre, y deja que se desarrolle y suelde.
Si haces este injerto en primavera, en un par de semanas la yema empezará a brotar. Si lo haces en otro momento del año, paciencia: verás el resultado en la siguiente primavera.
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Injerto de parche
Este tipo de injerto de yema agarra mejor si se practica al acabar el verano o a principios del otoño.
Utiliza una navaja afilada y limpia para cortar un rectángulo de unos 2-3 cm de ancho en una rama del patrón.
A continuación, extrae el parche de la yema, que debe tener una medida exactamente igual al sacado del patrón, y colócalo en el hueco del patrón. Los bordes deben quedar en contacto y perfectamente alineados.
Ata el injerto y déjalo cerrar y encallecer durante unas dos semanas.
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Injertos de aproximación
En este tipo de injertos no existe, estrictamente, un patrón y una variedad. Consiste en forzar a dos ramas a contactar y fusionarse, sin cortar de la planta a ninguna de las dos.
Puede hacerse con ramas de una misma planta o de dos, desde principios de la primavera hasta principios del otoño.
¿Cómo hacerlo? En realidad, se siguen las mismas técnicas que hemos mencionado, solo que moviendo las ramas para hacer que coincidan. Por ejemplo, puedes extraer dos pedazos de corteza y contactar los cámbium, atando las dos ramas hasta que se unan.
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Haz injertos y mejora tu huerta
Te animamos a practicar con injertos, una rama de la jardinería con la que puedes ganar mucho en términos de producción frutal o de flores arbustivas. Así aprovechas mucho mejor las posibilidades de tu jardín o huerta y, además, mientras te entretienes.
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