¿Son tus hábitos alimentarios responsables y sostenibles?

¿Cuál es el coste medioambiental que hay en nuestro plato? ¿Cómo ser responsables y llevar una dieta sostenible y saludable?

Los impactos negativos en el clima y en general en el planeta de lo que ponemos en nuestras mesas ha sido objeto de estudio desde hace tiempo y en uno de los más recientes se pone de manifiesto el coste que pagamos por incluir en la dieta productos de origen animal y sus derivados.

La ganadería es la actividad humana que mayor impacto tiene en el medio ambiente, perjudicándolo gravemente (más incluso que el transporte). Es la responsable de la degradación de los suelos, la pérdida de biodiversidad y ecosistemas, la deforestación masiva, la migración de comunidades indígenas, la contaminación, o del uso desproporcionado de agua dulce, un recurso natural muy limitado.

De hecho, aproximadamente un 90% de la deforestación del Amazonas se debe a la ganadería industrial, y es por eso que la FAO lleva años haciendo hincapié en la importancia de eliminar, o al menos minimizar, el consumo de productos animales.

El efecto invernadero está provocado por las emisiones de metano, el dióxido de carbono y el óxido nitroso, los tres relacionados con la ganadería y que además causan la lluvia ácida, la contaminación de suelos y agua con hormonas, antibióticos, etc. Son un grave problema para nuestro entorno porque lo degradan y ponen en peligro nuestra vida en él.

Los recursos naturales necesarios para el desarrollo de la producción ganadera no es, en absoluto, sostenible: para conseguir 1 kg de carne se pueden necesitar hasta 17 kg de cereales… con los cuales se podrían alimentar a una familia de 5 miembros durante varios días.

Si hablamos de las necesidades hídricas, para conseguir 1 kg de carne de vaca se pueden necesitar hasta 15.000 litros de agua ¡15.000 litros de agua!. Recordemos que el agua dulce es un bien muy preciado y limitado, y en un futuro estaremos en graves problemas si no aprendemos a gestionarlo de forma responsable.

Por poner otro ejemplo llamativo, en el mismo espacio necesario para producir 1 kg de carne se podrían cultivar 160 kg de patatas.

El precio que pagamos todos por el consumo de productos animales es demasiado alto, es necesario reaccionar para poner freno a esta forma irracional de consumo que está esquilmando los recursos naturales del planeta.

¿Qué alternativas tenemos? Si queremos ser responsables, alimentarnos de forma saludable y llevar una dieta sostenible lo tenemos muy sencillo: eliminar productos de origen animal, o al menos minimizar su consumo, y elegir frutas, verduras, hortalizas, semillas, frutos secos, etc. de producción ecológica. No sólo estaremos más sanos y evitaremos enfermedades sino que además contribuiremos a la mejora de nuestro planeta en lugar de fomentar su destrucción progresiva.

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