Cómo extraer las semillas de la lechuga

Extraer las semillas de la lechuga es muy sencillo.

Para conseguir la mejor calidad posible para la siguiente cosecha, elegiremos una lechuga que esté bien adaptada a nuestro huerto y que veamos que tiene buena apariencia y está sana. La dejaremos que espigue (que crezca) y verás que salen varias flores de la parte superior, de ahí es de donde sacaremos nuestras semillas.

Lechuga espigando

• Aquí puedes ver cuando ya han salido las flores que contienen las semillas:

Cuando la lechuga se seca, cortaremos la espiga y la metemos en un sobre o cucurucho de papel boca abajo para que las semillas vayan cayendo por sí solas, así las podemos dejar hasta 3 y 4 semanas. Una forma de «ayudar» a este proceso es sacudir la lechuga cada dos o tres días para conseguir la máxima cantidad de semillas.

Una vez que hemos obtenido nuestras semillas, podemos realizar una sencilla prueba para descartar las semillas que estén vacías del resto de semillas. Las ponemos en un recipiente con agua y las semillas que veamos que flotan las podemos tirar porque están vacías, las que se hundan son las que nos interesan y las que guardaremos.

Las dejamos que se sequen y las conservamos en un sobre donde habremos escrito la fecha y su nombre y lo dejamos en un tarro de cristal, cerrado herméticamente a poder ser, en el que no estaría de más meter trozos de tiza que habremos puesto en una sartén durante unos instantes para que así absorban la humedad que pueda haber y no se estropeen las semillas.