¿Cómo contribuye la agricultura ecológica u orgánica a proteger el medioambiente?

La intensificación de la agricultura ha supuesto una disminución de la biodiversidad así como una pérdida de la calidad del paisaje a nivel mundial. Por otra parte, se estima que la demanda mundial de alimentos se incrementará en más del doble para el año 2050. Lo que nos enfrenta pues a un profundo desafío.

Los sistemas agrícolas calificados de sostenibles, como la agroecología y la agricultura ecológica, son considerados por muchos como una posible solución. Los alimentos ecológicos, de temporada y de proximidad deberían ser una prioridad en nuestra cesta de la compra habitual.

En este artículo te contamos qué es exactamente la agricultura ecológica y cómo puede, directa e indirectamente, contribuir a proteger nuestro medioambiente. ¿Quieres unos consejos para llevar una alimentación sostenible y saludable?

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Agricultura ecológica: ¿qué es?

La agricultura ecológica —agricultura orgánica o agricultura biológica— es un sistema agrícola basado en el uso óptimo de los recursos naturales, sin empleo de sustancias de síntesis química u organismos genéticamente modificados (OGM u OMG), obteniéndose alimentos orgánicos al mismo tiempo que se conserva la fertilidad del suelo y se respeta el medio ambiente.

El principal objetivo de la agricultura ecológica es por tanto producir alimentos saludables y de mayor calidad nutritiva mediante procedimientos sostenibles, sin la presencia de productos químicos sintéticos. Para lograrlo, se basa en una serie de principios o prácticas comunes diseñados para minimizar el impacto humano sobre el medio ambiente; algunos son, según la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea:

• Rotación de cultivos.
• Límites en el uso de pesticidas y plaguicidas químicos, fertilizantes sintéticos o aditivos alimentarios.
• Prohibición del uso de OGM.
• Aprovechamiento de los recursos in situ.
• Elección de especies resistentes a las enfermedades y adaptadas a las condiciones locales.

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Agricultura convencional vs. Agricultura ecológica

Como cualquier actividad humana, la agricultura, ya sea convencional o ecológica, implica un impacto sobre el medio ambiente. El sector agroalimentario y los cambios en el uso del suelo —la expansión de monocultivos o el uso masivo de fertilizantes— son algunas de las causas de las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, derivadas también de las tareas y procesos de mecanización, trasporte y distribución de los alimentos.

Y la contaminación de los ríos por plaguicidas es una situación preocupante.

La intensificación agrícola representa asimismo la mayor amenaza para la biodiversidad, como consecuencia directa de la destrucción de áreas naturales. Se han sucedido reducciones drásticas en la abundancia de muchas especies asociadas con las tierras de cultivo, como es el caso de las aves, con una disminución de hasta el 60 %, alerta BirdLife International en Birds in Europe: their conservation status (estudio).

La agricultura orgánica surge como alternativa a raíz de una creciente preocupación por la calidad de los alimentos y la conservación de un medio ambiente cada vez más amenazado por la industrialización de la agricultura. Y hoy sus cifras están al alza, observándose un aumento en la demanda de productos orgánicos, la cantidad de agricultores dedicados a cultivar de forma orgánica y la superficie de tierra certificada orgánica, según se refleja en la última edición (2018) del estudio The World of Organic Agriculture, publicado por FiBL e IFOAM – Organics International (.pdf, 6.09 MB).

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¿Cómo contribuye la agricultura ecológica a proteger el medio ambiente?

Ya conocemos el impacto de los pesticidas en la salud y el medio ambiente. Partiendo de los ya mencionados principios de la agricultura ecológica o bio, ésta contribuye a la conservación del medio ambiente a través de diferentes frentes:

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1. Uso responsable de la energía y los recursos naturales

La agricultura orgánica reduce el uso de energía —y fertilizantes— entre un 34 % y un 53 %. Aunque cabe mencionar que la productividad en estos sistemas disminuye, es decir, el rendimiento de los cultivos es un 20 % menor respecto a los sistemas convencionales (estudio, estudio).

La rotación de cultivos es el requisito previo para el uso eficiente de los recursos en el lugar. Un ejemplo de aprovechamiento es el empleo de estiércol de ganado como fertilizante.

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2. Mantenimiento de la biodiversidad

La agricultura ecológica favorece la preservación de la biodiversidad, beneficio cuyo origen radica en la conservación de hábitats no cultivados y en los límites en el uso de sustancias de síntesis química.

Ello se torna especialmente relevante en los espacios naturales protegidos, cuya principal amenaza es la intensificación agrícola y la contaminación derivada de las prácticas agrarias convencionales (estudio, estudio).

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3. Mejora de la fertilidad del suelo

La materia orgánica es la base de la fertilización en la agricultura orgánica. Su mantenimiento o aumento mejora las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.

La mayor fertilidad de la tierra hace además a estos sistemas menos dependientes de los insumos externos.

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4. Mantenimiento de balances ecológicos

La conservación de la materia orgánica en el suelo garantiza la adecuada movilidad de los nutrientes, contribuye a mantener un pH óptimo y facilita el mantenimiento de una adecuada actividad biológica. Esto último, a su vez, evita la pérdida de ciertos nutrientes y favorece la absorción de otros —balance de nutrientes—.

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5. Mantenimiento de la calidad del agua

Beneficio también derivado de la reducción en el uso de pesticidas —aproximadamente un 97 %— o plaguicidas químicos y fertilizantes inorgánicos.

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El modelo industrial de producción agrícola ha generado multitud de problemas: elevado gasto energético, emisión de enormes cantidades de gases de efecto invernadero, contribución al cambio climático, repercusiones en la salud, desequilibrios en los ecosistemas, etc. La agricultura ecológica es una alternativa sostenible, un modelo de producción viable, más saludable y justo, mediante el cual hallar soluciones y generar cambios.

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